Monday, May 18, 2009

Papillón significa mariposa y las mariposas deben ser libres....


(Papillón en una visita años más tarde a la isla)

Henri Charrière (Saint-Étienne-de-Lugdarès, Ardèche, Francia, 16 de noviembre de 1906 - Madrid, España, 29 de julio de 1973) fue un criminal convicto, principalmente conocido por ser el autor de Papillon, memoria de su encarcelación en la colonia penal de la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa.
Charrière nació en Ardèche, Francia. Tuvo dos hermanas mayores. Su madre murió en 1917, cuando Henri tenía casi 11 años, catorce años antes de su reclusión. En 1923, con 17 años, se alistó en la Armada Francesa, y sirvió durante dos años. Tras abandonar la Armada, Charrière se convirtió en un miembro de los bajos fondos de París, y se casó con una mujer francesa, con la cual tuvo una hija.


Charrière era un integrante de los bajos fondos de París, condenado a trabajos forzados a perpetuidad el 26 de octubre de 1931 por el asesinato de un proxeneta, Roland le Petit. Tras una breve estancia como preso en Caen, es trasladado a la Guayana Francesa, donde verdaderamente da comienzo a su extraordinaria historia.
En 1933, Charrière escapa con éxito de un hospital del interior junto a otros dos presos, Clousiot y Maturette, con quienes navega a lo largo de la costa de Trinidad y Curaçao hasta Riohacha, Colombia, travesía durante la que recibe ayuda, entre otros, de una comunidad de leprosos y de una compasiva familia británica; y a la que se unen otros tres fugitivos a los que posteriormente abandonan en Colombia.
Sin embargo, el mal tiempo les impide dejar la costa colombiana y son recapturados y, hechos prisioneros. Charrière consigue escapar con la ayuda de otro preso y, tras distanciarse varios días de la prisión, se separan; Charrière llega al poco tiempo a la región de Guajira. Ahí permanece seis meses viviendo en un poblado de nativos buscadores de perlas, donde una joven y su hermana se enamoran de él y se convierten en sus esposas y madres de sus hijos. Allí experimenta la "forma más pura del amor y la belleza", pero llevado por sus deseos de justicia, abandona el poblado en dirección oeste.
Sin embargo, la fortuna da un nuevo giro y Charrière es capturado y encarcelado en Santa Marta, para ser transferido posteriormente a Barranquilla donde inesperadamente se reencuentra con Clousiot y Maturette. A pesar de numerosos e increíbles intentos de fuga (uno de las cuales tuvo como resultado la rotura de los arcos de sus pies; teniendo los pies planos el resto de su vida), Charrière fue incapaz de librarse de las prisiones y es extraditado de nuevo a la Guayana Francesa en 1934 junto a sus dos camaradas.
La fuga le costó a Charrière dos años en aislamiento, en la isla de Saint-Joseph tétricamente apodada por los convictos "La Devoradora de hombres". Originalmente, los tres fueron sentenciados a cinco años, siendo tres de ellos añadidos por cargos de intento de asesinato a los guardias de los que se deshicieron al escapar del hospital; pero fueron capaces de probar que dichas acusaciones eran falsas, lo que acortó su pena a los mencionados dos años. Sus amigos Clousiot y Maturette corrieron con la misma suerte, que concluyó con la trágica muerte de Clousiot pocos días después de cumplir su pena. A su salida, Charrière fue transferido a la isla de Royale, donde un informante hizo fracasar un intento de fuga. Charrière vuelve a ser condenado a ocho años de aislamiento, una pena a la que es casi imposible sobrevivir, por su intento de fuga y posterior asesinato del informador. Sin embargo fue liberado de su encarcelamiento en solitario después de sólo 19 meses, tras arriesgar su vida tratando de salvar a una pequeña niña de nombre Lissette, de ahogarse en aguas infestadas de tiburones. Se documentó que fue liberado por "razones médicas" considerando las condiciones extremadamente peligrosas del intento de rescate que emprendió.
Luego, Charrière fingió locura (teniendo algunos típicos síntomas mostrados por algunos locos reales) en un intento de fuga de la isla maniconio, que era muy poco resguardada. Fue un momento ideal para el escape del manicomio, porque después de iniciada la Segunda Guerra (Papillón en celda de aislamiento) Mundial el castigo por intento de escape fue elevado a la pena de muerte, porque se consideró que además existían cargos de traición. El fundamento era que si alguien trataba de escapar, estaba tratando de unirse al enemigo. Un loco estaba visto como alguien sin control de sus propias acciones, de ese modo hacía imposible castigarlo por algo - incluido el escape. Desafortunadamente, el intento de escape fallaría. Charrière y su compañero estuvieron cerca de estrellarse contra los acantilados y ahogarse.
Después de "recobrar la cordura", Charrière pide ser transferido a la Isla del Diablo. Las autoridades estuvieron felices de hacerlo porque de la Isla del Diablo se decía que era imposible de escapar. Durante su permanencia en la Isla del Diablo, él decide que todos sus intentos de escape fueron muy complicados. Su nuevo y simple plan sería arrojarse al mar desde los riscos usando una bolsa con cocos como balsa.
En las preparaciones preliminares del escape, Charrière observa que las olas repiten una particular sucesión. Cada séptima ola aparece más grande y fuerte que las otras, y que la séptima sería lo suficiente para empujarlo muy lejos de la isla a alta mar. Después de muchos experimentos con sacos de su peso en cocos, él nombró a la séptima ola Lissette, como a la niña por la que arriesgó su vida para salvarla.
(Papillón arrojando una blosa llena de Cocos como lo habia hecho tantos años atrás)


Charrière convence a Sylvain, un compañero convicto, de acompañarlo en el escape. El y Sylvain pasan cuatro días y tres noches a la deriva en el mar, flotando en sus bolsas llenas de cocos y sobreviviendo gracias a la pulpa de coco. Desafortunadamente, Sylvain dejó prematuramente la balsa y se hundió en las fangosas arenas movedizas, desapareciendo cuando las olas mojaron su débil trampa. Él estaba a sólo trescientas yardas de la tierra prometida. Charrière esperó hasta que las olas pusieron su balsa en la sólida costa.
Habiendo alcanzado tierra firme, Charrière se puso en contacto con un chino mayor de nombre Cuic Cuic. Le hizo saber que el hermano de Cuic Cuic lo ayudó a escapar de la Isla del Diablo. Charrière se escondió en el refugio de Cuic Cuic, y juntos (también con la compañía de un amigo armado) escaparon en un bote hacia Georgetown. Incluso cuando pudo haber vivido en libertad, él y otros cinco luego continuaron por tierra hacia Venezuela, donde fueron capturados y aprisionados en La Prisión del Dorado (una pequeña ciudad minera de oro que fue llamada así por el mito de la Ciudad del Dorado) donde se sorprendió del trato que recibían los prisioneros, como notó, de una manera similar a la que los franceses trataban a los convictos en las galeras del siglo XVIII y XIX. Charrière fue finalmente puesto en libertad el 18 de octubre del 1945. Se asentó en Venezuela. Siguió siendo un fugitivo de la justicia francesa hasta que su causa prescribió por el paso del tiempo, según el mismo lo cuenta en el libro "Banco" (la segunda parte de "Papillon") un miembro del cuerpo de seguridad de De Gaulle le da la noticia en América antes de una visita del líder francés a esas tierras, pudiendo con el tiempo retomar sus lazos familiares, volver a pisar suelo francés y conocer a muchos miembros más de su familia, ahora orgullosos del tío aventurero que todos los periodistas querían entrevistar.
Su muerte ocurrió en Madrid (España) debido a un cáncer de garganta.




Aunque se pone en duda su veracidad, es interesante la vívida descripción de las inhumanas condiciones que padecen los reclusos. La novela fue un best-seller y existe una segunda parte llamada Banco en la cual se relata el camino que recorrió el autor desde que fue liberado definitivamente en América hasta que llego a la masividad literaria, recorriendo caminos azarosos y muchas veces tan peligrosos como el mismo presidio.




Tanto la novela como la película pueden considerarse obras de denuncia, ya que al tiempo que descubren las entrañas del sistema penitenciario de las colonias francesas, muestran algunos aspectos crudos y tortuosos del trato a los prisioneros, de las torturas, además del esfuerzo que el espíritu humano, en este caso representado por el mismo Papillón, hace por adaptarse a un medio altamente hostil, que ofrece pocas posibilidades a la supervivencia, un ambiente aislado del mundo, en cárceles subhumanas. Pero sobre todo, es de destacarse la persistencia por alcanzar la libertad, por defender el poco de dignidad humana que puede conservarse en la cárcel, incluso exponiendo la vida a cambio de ella. Todo esto en su conjunto explicaría el éxito de la novela y la película.

Monday, May 04, 2009

Frank William Abagnale, Jr.

Frank William Abagnale, Jr. (nacido el 27 de abril de 1948) fue un falsificador de cheques e impostor durante cinco años en la década de 1960. Actualmente dirige Abagnale and Associates, una compañía financiera de consultas de fraudes. La historia de su vida fue la inspiración para la creación de la película Atrápame si puedes (su personaje es interpretado por Leonardo DiCaprio), basada en su biografía escrita llamada con el mismo nombre y dirigida por Steven Spielberg.
En sólo cinco años trabajó con ocho identidades diferentes (aunque utilizó también otros métodos para cobrar cheques), y pasó cheques falsos por un valor total de 2,5 millones de dólares en 26 países.
Durante su adolescencia en Nueva York, Frank fue un joven muy normal hasta que supo como
conseguir dinero fácil; por otro lado Frank Junior deseaba demostrar a su padre cuán lejos podía llegar en la vida. Cuando su padre le regaló su primer automóvil usado, también lo convenció de que le prestara su tarjeta de crédito para adquirir repuestos. Con ella compró piezas qué vendió más tarde a menor precio al dueño de un taller para tener dinero en efectivo, sin embargo su padre lo descubrió.
Después notó que podía realizar fraudes bancarios de varias formas sin que nadie se percatara. Empezó a falsificar cheques; en un principio alteraba las cantidades que cobraría y luego los comenzó a imprimir él mismo con tal perfección que eran indetectables. Con estos últimos abrió varias cuentas de banco a su nombre.
Pero estos no fueron los únicos tipos de ilícitos que realizó, pues también adquirió personalidades falsas ejerciendo ilegalmente de médico, copiloto de PANAM, abogado, agente del Servicio Secreto, etc. Durante dos años Abagnale fingió ser un piloto de la agencia aérea Pan Am bajo el nombre de Frank Williams, un empleado de cortesía que necesitaba trasladarse de un país a otro. Lo logró gracias a que había obtenido un uniforme y falsificado el gafete de Pan Am. Poco a poco fue adoptando la personalidad de Frank Corners, un pediatra del hospital de Georgia, para lo que obtuvo identificaciones falsas y durante once meses “ejerció” la medicina hasta que decidió abandonar esta práctica cuando puso en riesgo la vida de un bebé. Apenas a la edad de 19 años fingió ser el abogado Robert Black, egresado de la Universidad de Harvard. Ejerció la abogacía durante varios meses. Durante sus primeros fraudes fue perseguido por el agente del FBI Sean O’Riley, a quien se le escapó en repetidas ocasiones hasta que lo capturó en Francia. Antes de cumplir 20 años Abagnale había cometido fraudes por valor de 2,5 millones de dólares, además de convertirse en el hombre más joven buscado por el FBI.
Frank Abagnale Jr. estuvo preso un año en Suiza y luego doce años en EE.UU en una prisión federal, condenado bajo los cargos de adulteración de identidad, fraude, adulteración de documentos, ejercicio ilegal de profesiones, ladrón de bancos, impostor, etc. El gobierno norteamericano le ofreció salir de prisión a cambio de colaborar en la lucha contra el fraude. Ha escrito varios libros y se hizo millonario al instalar una consultora en la detección de fraudes económicos.

(Aquí se puede ver a Leonardo DiCaprio con el verdadero Frank)